domingo, 9 de septiembre de 2012

-¿Sabes cuando te sientes la princesa del cuento? - preguntó ella mirando al infinito.

Él asintió, saboreando los últimos tragos de su copa de vino tinto.

-Yo era la princesa del cuento más bonito jamás escrito.

-¿Y qué pasó?

- Dejé de sentirme princesa. Él me quitó la corona y dejé de ser todo para él. Pensar que el amor es incondicional es como pensar que el mar es infinito. Todo en esta vida tiene fin.