jueves, 7 de febrero de 2008

Lo siento...

Tiempo...el tiempo escasea en mi vida lo siento. Ahora que tengo un ratito dejo mi opinión para la clase de Ética acerca de la situación de la mujer.





En pleno siglo XXI, la mujer continúa siendo vista a través del mismo patrón que años atrás la marcó. Siempre ha sido la persona relegada a un segundo plano en todos los niveles de la vida familiar, histórica, personal... Y es que en épocas pasadas, la mujer sufría leyes inútiles que no han hecho más que menguar sus posibilidades de crecimiento a la hora de igualarse con el hombre y hacerse un hueco en la sociedad.


Gracias a años de luchas por parte de aquellos que se atrevieron a alzar la voz, y al desarrollo del mundo occidental, la mujer en el último siglo ha alcanzado de manera progresiva un papel importante en nuestra sociedad, anque no lo suficiente.


Todavía seguimos manteniendo viejas costumbres que llegan a cortar las alas del desarrollo. Es muy fácil observar todavía esa desigualdad en nuestras propias casas o en nuestro alrededor: tareas relegadas únicamente a la mujer, trabajos en los que existe una división según sexos, salarios diferentes según seas hombre o mujer con la misma titulación... Aunque la lacra sexista que azota el mundo occidental es la violencia de género. Es una violencia cobarde se sufren mujeres de todo tipo de edad y condición a manos de sus parejas y que, en muchas ocasiones, llega a costarles la vida. Esos hombres vuelcan sobre ellas sus miedos e inseguridades con el fin de sentirse superiores, aunque ello conlleve hacer daño a la persona supuestamente amada.


Y auqnue nos cueste aceptarlo o no lo compartamos, actos como este no cesarán hasta el momento en el que los prejucios desaparezcan de nuestras vidas y comprendamos que toda persona es igual a su semejante.


Pero los casos en la parte occidental de nuestro mundo no son aislados. Si ponemos la vista en los vecinos orientales o del tecer mundo, vemos que estas vejaciones pueden verse igualadas por actos que ponen de manifiesto la consideración de la mujer como un objeto sexual y un ser inferior. Algunas culturas llegan a cometer actos tan salvajes como la mutilación del clítoris a edad temprana con el único fin de privar de placer a la mujer, que no al hombre, y reservarla para la procreación y el cuidaddo de los niños y de la casa. Pero este no es el único ejemplo de actos salvajes. En otros países se llega a lapidar a muchachas por cometer adulterio o por tener un hijo fuera del matrimonio, sin importar que estar fueran violadas.


Consideradas impuras, obligadas a dejar de lado sus sueños para ocuparse de cada detalle y de cada cosa para sacar adelante a toda una familia, violadas por gente siin respeto a nada, vigiladas y privadas de libertad por el hecho de haber nacido mujer... Son cosas que más de la gran parte de la población mundial padece mientras nosotros lo aceptamos y volvemos la vista hacia otro lado sin plantearnos nada acerca de qué es lo que nosotros podemos hacer por cambiar el mundo.


Debemos luchar por alcanzar la igualdad y remendar errores para alcanzar la igualdad y remendar errores con el fin de dejar un futuro esperanzador a las nuevas generaciones.

2 comentarios:

Roberto Leal dijo...

la verdad es que fueron muchos cientos de años de sumisión, pero cpoco a poco todo se va ir poniendo en su sitio, y entre otras cosas, tu nos tendras mas actualizado esto XD

Jessica dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.