miércoles, 6 de octubre de 2010

Algo me aleja de ti...

A veces me gustaría presentarme de improviso en tu casa con una bolsa y una sonrisa. Preparar juntos la cena entre besos y risas, que me abraces y juegues con mi cuello y tu lengua mientras frego.

Me gustaría verte esperando en la puerta de la facultad, viendo pasar personas que no soy yo con impaciencia, esperando verme salir y que corra hacia ti. Te daría millones de besos y caminaría cogida a tu mano hasta llegar al fin del mundo.

A veces sueño con que me sorprendas con una rosa o una cena, con que luego nos perdamos por la ciudad y acabemos encontrándonos en la cama, juntos, buscando los senderos que navegan por la piel del otro, sin tener que pensar en aviones que nos devuelvan a una realidad fría, sin lágrimas de despedida.

En ocasiones me gusta pensar que todo esto se tiñe de "normalidad" y que los detalles más insignificantes no se nos antojan un mundo, que salimos a tomar un café, al teatro o decidimos quedarnos en casa, entre las sábanas de una cama que nunca pierde tu olor.

Pero las cosas no son como nos gustan y tú nunca estás. Tu olor se desvanece, tus besos pasan a ser recuerdos y los sueños duelen hasta hacer llorar. La normalidad nunca impera nuestras vidas y los kilómetros atropellan nuestras expectativas. Tiempo, esperar, paciencia, años... se relacionan en frases que nunca creo. Debería dejar de llorar horas eternas en las que sólo saco en claro que me encuentro sobrepasada por esta situación que yo misma elegí y borrar la pregunta que me ronda, hiriendo de muerte la poca confianza que tengo en mí: ¿Y si no es nuestro momento? Lo es. Lo tiene que ser.

3 comentarios:

Pau dijo...

¿Sera real? pense. Muy Bonito y triste...

Juan A. Pérez dijo...

Demasiados sueños para esperar tanto. Actuar en sueños es una opción nada despreciable, la otra es seguir esperando y escribiendo.

A buscar la realidad. Si no es el momento, llegará.

Juan Ruiz dijo...

Simplemente genial... felicidades por tus reflexiones, tus sensibilidades y tus palabras!